PARTICIPACIÓN Y DESARROLLO HUMANO
La productividad y la
eficiencia son valiosos activos intangibles, tanto en los individuos como en
las organizaciones. La utilización óptima de nuestros recursos nos permite ser
mejores, hacer más cosas en menos tiempo, tener “mayor” capacidad y/o ser más
eficientes en nuestras actividades.
Si bien, ser más eficientes,
productivos, organizados y claros de mente nos permite mejorar nuestro
desempeño personal o profesional para alcanzar lo que deseamos, llega un
momento en el que llegamos a un límite que es muy difícil de sobrepasar. Por
más eficaces u organizados que seamos, siempre habrá actividades, metas o retos
que serán mucho más complicados (o imposibles) si los abordamos de manera
personal y aislada.
Trabajar en equipo puede
potenciar exponencialmente los límites de productividad y eficiencia de cada
individuo que colabora en un fin común. Es decir, suma la fuerza de trabajo de
cada persona y multiplica su potencial al trabajar en conjunto. Cabe mencionar
que no se trata de más horas de trabajo aportadas por más individuos hacia una
actividad, sino de mayor calidad y eficiencia aportada por un conjunto de
personas que no sólo aportan más unidades de tiempo al trabajo, sino que
incrementan el tope del límite personal que cada integrante del equipo alcanza
de manera individual.
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